6 feb 2013

Chocolate a la taza… de colores

Chocolate a la taza… de colores


Seguro que muchos de ustedes han pensado que una bebida les sabe mejor en un tipo de taza o vaso determinados. También es muy habitual escuchar que cierto alimento no sabe igual si se come con cuchillo y tenedor que con las manos. Incluso, para muchos influye el lugar en el que se prueba ese producto. Pero quizás en lo que nadie hubiese caído es en que el color de la taza puede influir en el sabor del chocolate.

Así lo determina un estudio realizado por dos investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia y de la Universidad de Oxford (Reino Unido) que han comprobado cómo el chocolate líquido sabe mejor en un vaso naranja o de color crema que en otro blanco o rojo. Estos científicos partieron de la base de que los sentidos aprecian los alimentos de forma diferente dependiendo de las características del recipiente donde se toman. «El color del recipiente donde se sirven los alimentos y las bebidas puede realzar algunos de sus atributos, como el sabor o el aroma», según Betina Piqueras-Fiszman, investigadora de la Universidad Politécnica de Valencia.

Para llevar a cabo el estudio, Piqueras-Fiszman y su colega Charles Spence, de la Universidad de Oxford, plantearon un experimento en el cual 57 participantes debían evaluar muestras de chocolate caliente servido en cuatro tipos de vasos de plástico. Aunque todas las tazas eran del mismo tamaño y tenían el interior blanco, el exterior tenía distintos colores. Una taza era blanca, la otra era color crema, una tercera era roja y la cuarta era naranja.

Los resultados que publica la revista Journal of Sensory Studies revelan que el sabor del chocolate servido en los vasos naranja y color crema gustó más, según los voluntarios que lo probaron. Sin embargo, el dulzor –no el sabor a cacao– y el aroma –el olor– apenas se vieron influidos por el color de la taza, a pesar de que los participantes comentaron que en los vasos de color crema se detectaba ligeramente un chocolate más dulce y aromático que en los otros.

«No existe una regla fija para poder decir que un sabor o aroma se realza con un color o tono en particular; esto, en realidad, varía con el tipo de alimento. Lo cierto es que, como el efecto ocurre, se tendría que prestar más atención al color de los envases, ya que tiene más potencial del que uno se puede imaginar», reconoce Piqueras-Fiszman.

Según el estudio, estos resultados son relevantes para los científicos interesados en comprender cómo el cerebro integra la información visual no solo de la propia comida, también del recipiente o el envase en el que se consume. Además, esto datos pueden animar a los cocineros y profesionales de la hostelería, así como a los del sector del envasado de bebidas y alimentos, a pensar más en el color de las vajillas y los embalajes. Ello permitiría formular alimentos más saludables, mejorar la aceptación y desarrollar nuevas gamas más atractivas.

En esta investigación también se confirma el efecto del recipiente sobre las características sensoriales de la bebida o el alimento. Los ejemplos son numerosos, desde latas más amarillas para percibir mejor el sabor a limón, hasta vasos de refresco que si están pintados de colores fríos, como el azul, parecen saciar mejor la sed que con los cálidos, como el rojo. Y si son rosas, el líquido incluso se nota más azucarado.

En otros casos, se ha demostrado que una mousse de fresa se aprecia más dulce y con sabor más intenso servida en un plato blanco que en otro negro. Y respecto al café, una mayoría de encuestados asocia el color marrón del paquete a un sabor y aroma más fuertes, mientras que si son rojos se atenúa esa sensación y si están coloreados de azul o amarillo, la bebida se percibe más suave.

Betina Piqueras-Fiszman, Charles Spence. «The influence of the color of the cup on consumers’ perception of a hot beverage». Journal of Sensory Studies 2012; 27 (5): 324–331.

Fuente:http://www.percepnet.com

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