9 ene 2013

La alimentación en EEUU causa un desastre sanitario

La alimentación en EEUU causa un desastre sanitario
Por: Elena Fernández-Pello

"Algunas madres me dicen que alimentan a sus hijos sólo con barritas energéticas", asegura Marta Pin Muñoz

Marta Pin Muñiz
 
En la clínica de la pediatra española Marta Pin Muñiz, en Austin (EEUU), la obesidad infantil es una de las consultas más frecuentes, por eso ha escrito un libro, The step up diet, en el que enseña a las familias norteamericanas a alimentarse bien.

¿Qué la movió a escribir The step up diet? 

Me di cuenta del aumento exponencial de la obesidad mórbida, que llega al 20% de la población en EEUU. No saben cocinar y no tienen tradición de preparación de los alimentos, sobre todo de las legumbres y el pescado. Tras la gran depresión de los años treinta, las familias aprendieron a cocinar platos baratos y muy calóricos. Cuando la mujer se incorporó al trabajo, aún quedaban las abuelas en casa cocinando, pero más adelante la unidad familiar se rompió. Algunas madres me dicen que alimentan a sus hijos únicamente con barritas energéticas. La comida preparada y las sodas es lo que toman todos, por eso al principio pensé en hacer un libro de recetas; pero yo no soy chef, así que opté por un método con cambios en los hábitos de alimentación que se incorporan poco a poco.

¿Es un método de alimentación infantil?

Es para toda la familia y está orientado a prevenir la obesidad infantil. Los hábitos que adquieren los niños son muy difíciles de cambiar de adultos. Hay que replantearse la alimentación desde el principio, en calidad, cantidad y horarios. Comida casera, plato único y cuatro veces al día, desayuno, comida, merienda -que consiste en fruta y leche- y cena. Se trata de introducir cambios muy despacio dando tiempo a crear un nuevo hábito.

¿Y los padres son receptivos?

No les gusta que les digan que sus hijos son obesos. Tienen sentimiento de culpabilidad y riñen a los niños en la consulta; pero los niños no son los que hacen la compra ni los que preparan la comida...

¿Tan nocivos son los hábitos alimenticios en EEUU?

Comen lo que sea y cuando sea. Los restaurantes compiten en cantidad y, como no hay horarios de trabajo y los desplazamientos son largos, siempre se ofrece por la calle comida barata y muy calórica. Es muy práctico, hay que reconocerlo, y muy fácil, pero está ocasionando un desastre sanitario. La comida hay que planearla, la que se improvisa es mala.

Detrás de la plaga de obesidad infantil en ese país también está el sedentarismo.

Los niños disponen de las mejores instalaciones deportivas, pero las familias se pasan el día en coche de un lado para otro, llevando a los niños de un sitio a otro.

¿Conocen los beneficios de la dieta mediterránea?

Sí, pero toman lo que les conviene -mucha pasta, por ejemplo- y el problema del sobrepeso en EEUU son precisamente los carbohidratos, no las grasas. Las legumbres desconocidas para ellos y a los niños, cuando se les preparan, les gustan. Tienen miedo a las grasas y hablar de frituras es el colmo del error nutritivo, aunque con aceite de oliva pueden ser sanas. A los niños les encantan las patatas de las hamburgueserías, pero fueron fritas con grasas vegetales modificadas que, en el organismo, se comportan como grasas animales. Y no hay cultura de comer pescado, ponen la disculpa de que las aguas están contaminadas, así que solo comen gambas y algo de salmón.

¿Dice que el problema no son las grasas?

El problema es que añaden fructosa de maíz a toda la comida, a cualquier plato preparado y te vas acostumbrando a ese saborcillo dulce. Cuando llegué a ese país, me llamaba la atención la cantidad de verduras frescas que ofrecían en los bufés para las ensaladas, eso está bien, pero el caso es que el aderezo que le echan es dulce, porque lleva ese jarabe de maíz y es dulce la ensalada de patata y la mayonesa... El hecho es que el Gobierno federal da mucha ayuda a los productores de maíz: una parte es comestible, otra para los animales y el resto sirve para hacer jarabe de fructosa. Si eso cambiara, supondría un desastre financiero. Los médicos estamos advirtiendo de las consecuencias en la salud, pero no podemos competir con la publicidad de las industrias de sodas y de alimentos.

Por lo que cuenta, los hábitos alimenticios europeos y españoles son mucho más saludables.

Antes solo veía obesidad mórbida allí, pero aquí he empezado a ver casos. Las comidas son más sanas aquí y también se hace más ejercicio por el mismo diseño de las ciudades.

Fuente: www.laopiniondemalaga.es

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