Ultraprocesados y salud: ¿Qué debemos saber?
Por: Juan Sebastián Ramírez-Navas
Publicado: 23 de diciembre de 2024, 1:02 p.m.
Los alimentos ultraprocesados (UPFs, por sus siglas en inglés) son productos creados industrialmente con ingredientes como aceites, azúcares y aditivos químicos. Representan entre el 15% y el 58% de la energía diaria consumida en diferentes países. Estudios observacionales han asociado su consumo con problemas de salud como obesidad, enfermedades cardiovasculares y mortalidad prematura. Sin embargo, estas investigaciones no pueden demostrar causalidad, lo que genera incertidumbre sobre los mecanismos que explican esta relación. A pesar de ello, algunos países han incluido recomendaciones para limitar su consumo en sus guías alimentarias.
Un estudio experimental ampliamente citado analizó cómo los UPFs afectan el peso y el consumo energético. Este estudio encontró que las dietas altas en UPFs provocan mayor ingesta calórica y aumento de peso. Sin embargo, se identificó que los alimentos en la dieta de UPFs tenían mayor densidad energética, lo que dificulta separar el efecto del procesamiento del impacto de su composición. Esto evidencia la necesidad de más investigaciones para comprender si los UPFs son dañinos debido a su nivel de procesamiento o a su perfil nutricional.
Existen posibles mecanismos que podrían explicar los efectos negativos de los UPFs en la salud. Por ejemplo, ciertos aditivos pueden alterar la composición del microbioma intestinal o reducir la biodisponibilidad de nutrientes. Además, los UPFs suelen desplazar alimentos más saludables, como frutas y vegetales, en las dietas. También se ha sugerido que algunos métodos de procesamiento pueden generar compuestos potencialmente perjudiciales, como carcinógenos en ciertos alimentos ultraprocesados.
Limitar el consumo de UPFs podría tener implicaciones sociales y económicas significativas. Estos alimentos son más accesibles y económicos para personas de bajos recursos, por lo que su eliminación podría aumentar desigualdades alimentarias. Además, los UPFs son convenientes y tienen una larga vida útil, lo que los hace esenciales en algunos contextos. Políticas que regulen su consumo deben equilibrar los beneficios para la salud con los costos sociales, para evitar efectos adversos, como el aumento de la inseguridad alimentaria.
A pesar de la incertidumbre, es claro que los alimentos altos en grasas saturadas, azúcares o sal son perjudiciales para la salud. Por lo tanto, se recomienda reducir su consumo independientemente de su nivel de procesamiento. Mientras tanto, es necesario seguir investigando para comprender mejor cómo los UPFs afectan la salud y desarrollar políticas alimentarias basadas en evidencia sólida. Esto permitirá una mejor orientación al público sin generar alarmas innecesarias.
Fig. 1. Mapa mental: Ultraprocesados y salud
Fuente: Ramírez-Navas, J.S. (2024)
El debate sobre los UPFs refleja la complejidad de los sistemas alimentarios modernos. Aunque no todos los UPFs son dañinos, limitar aquellos con bajo valor nutricional y alta densidad energética puede beneficiar la salud. Es importante promover alimentos mínimamente procesados, como frutas, verduras y granos integrales, para mejorar las dietas globales. Este enfoque debe ir acompañado de educación alimentaria y políticas que incentiven opciones saludables para todos los sectores de la sociedad.
Referencias
Robinson, E., & Johnstone, A. M. (2024). Ultraprocessed food (UPF), health, and mechanistic uncertainty: What should we be advising the public to do about UPFs? PLOS Medicine, 21(10), Article e1004439. https://doi.org/10.1371/journal.pmed.1004439
OpenAI. (2024). Illustration showcasing the contrast between ultraprocessed foods and fresh foods for health implications. DALL·E. https://openai.com/dall-e
Ramírez-Navas, J.S. (2024). Mapa conceptual sobre Ultraprocesados y salud. Generado con Markmap.js. https://markmap.js.org/